Cada persona tiene una composición única
Factores como el parto, los genes, el tipo de alimentación, el entorno o el estilo de vida, van a determinar la composición de la microbiota de una persona.
En nuestro organismo habitan billones de bacterias que viven en diferentes tejidos como la piel, el intestino o mucosas. La flora intestinal se adquiere en el momento del nacimiento a través del parto y se va desarrollando con la alimentación, el contacto con los agentes externos o los hábitos saludables y va cambiando a lo largo de nuestra vida.
Factores como el parto, los genes, el tipo de alimentación, el entorno o el estilo de vida, van a determinar la composición de la microbiota de una persona.
Por su acción protectora frente a bacterias, virus o enfermedades, influye en el correcto funcionamiento de nuestro aparato digestivo y colabora en la producción de vitaminas
y la absorción de minerales.
Alrededor del 95% de los microorganismos que componen la flora intestinal se encuentran en el colon y son imprescindibles para una buena salud digestiva.
Causas de una flora intestinal alterada |
Consecuencias del desequilibrio intestinal |
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Hábitos alimenticios incorrectos o cambios en la dieta |
Mala absorción de nutrientes |
Toma reciente de antibióticos |
Alteración del sistema inmunológico |
Trastornos digestivos |
Mayor susceptibilidad a microorganismos patógenos |
Sistema inmunitario debilitado |
Mayor propensión a enfermedades |
Intolerancias alimentarias |
Hinchazón o dolor abdominal |
Mala higiene |
Diarrea, fatiga |
Insuficiente descanso o poca actividad física |
Dolores de cabeza u otros síntomas generales |
Las bacterias de la flora intestinal desempeñan tareas esenciales en nuestro organismo:
Favorece la síntesis de compuestos como la vitamina B, facilita la absorción de calcio y hierro en el colon y favorece la digestión de alimentos.
Activa y favorece el sistema inmunológico protegiendo la entrada e implantación de bacterias patógenas externas que puedan provocar infecciones.